El impacto del estrés en la pareja es mucho mayor de los que nos percatamos. Parte del problema es que el estrés está incluido en nuestra vida cotidiana. Se ha hecho algo tan normal que nos hemos inmunizado a sus síntomas y, señales de alerta. El estrés es, queramos o no, sentido y absorbido por nuestro organismo. Ignorarlo lo único que genera es aumentarlo.
El estrés puede ser definido como el proceso que se inicia ante un conjunto de demandas ambientales que recibe el individuo, a las cuáles debe dar una respuesta adecuada, poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento.
Cuando la demanda del ambiente (laboral, social, etc.) es excesiva frente a los recursos de afrontamiento que se poseen, se van a desarrollar una serie de reacciones adaptativas, de movilización de recursos, que implican activación fisiológica. Esta reacción de estrés incluye una serie de reacciones emocionales negativas (desagradables), de las cuáles las más importantes son: la ansiedad, la ira y la depresión.
El estrés es “contagioso” entre los integrantes de una pareja. De hecho Ford compara el estrés con un juego de ping pong, donde la tensión se va pasando y va rebotando entre los integrantes de la pareja. El estrés se refleja en nuestros comportamientos, verbales y no verbales. Ambas partes pueden perder así la capacidad para relajarse y disfrutar del otro. Las parejas estresadas se pelean más seguido, se retaren y se sienten tristes, frustradas y enojadas.
El estrés en la pareja no reconocido puede sabotear una relación y llevarla a la ruptura. Ford nos da algunos consejos.
By Judy Ford Lic Social Worker & Ines Estrada Vigil Lic Psychologist